La labor de esta enzima es degradar las cadenas de almidón convirtiéndolas en glucosa, de esta manera atraviesan la barrera intestinal y a través de la sangre llegan a las células. Por lo tanto, la faseolamina impide que esto suceda, así los carbohidratos ingeridos no se absorben y se anula su aporte calórico. Hay estudios que afirman que la faseolamina reduce las calorías que proceden del almidón hasta en un 66%.